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La Casa habitacional está ubicada en una superficie de 2,018 m2 en la Colonia Chapultepec en Culiacán, Sinaloa. De una sola planta, típica de la arquitectura modernista, con techos volados y líneas rectas, basada en la simplicidad y lo funcional, exhibe una estructura centrada en la conexión y continuidad entre los espacios interiores y exteriores.
Hasta ahora, es la única casa de este estilo en la localidad, por lo que ha funcionado como referente de la conservación del patrimonio arquitectónico en la ciudad. Incluso alumnos de arquitectura son invitados a apreciar la fachada, bocetar sus espacios y desarrollar proyectos de investigación arquitectónica.
La restauración de la casa se ha convertido en un ambicioso proyecto dirigido por el arquitecto Rodolfo Díaz Cervantes, quien ha trabajado en proyectos para transformar casas icónicas mexicanas en espacios públicos como La Tallera en Cuernavaca, con Frida Escobedo, y Casa Barragán en la Ciudad de México. Con estos proyectos busca convertir una casa que alguna vez fue familiar, en un hogar para la comunidad.
La grandeza de esta casa no sólo es un referente arquitectónico, en ella vive también una carga histórica importante. Fue la residencia del ingeniero Manuel J. Clouthier del Rincón, ‘Maquío’, y de la numerosa familia Clouthier Carrillo, quien llegó a ella gracias a la necesidad de un espacio grande, y la convirtieron en su hogar.
Maquío, al fallecer, dejó una carta dirigida a su viuda e hijos, donde pedía la creación de un espacio cultural que pudiera funcionar para la formación de líderes. Con el propósito de hacer realidad el deseo de Maquío, Leticia Carrillo viuda de Clouthier, fundó el capital semilla y donó la casa de la familia, logrando así preservar el patrimonio de la Asociación Civil.
El proyecto arquitectónico transformó el inmueble en espacios necesarios para la infraestructura cultural con una biblioteca, un auditorio y cine, una librería, un café, salones para talleres y un jardín. La Casa se encuentra dentro de una ubicación privilegiada debido al flujo de jóvenes que transitan día a día por la zona gracias a su cercanía con la Universidad Autónoma de Sinaloa, el Jardín Botánico de Culiacán y el Centro de Ciencias de Sinaloa, además de encontrarse a 1.5 km del primer cuadro de la ciudad.